Zaqueo - Hombre de Fe | Por Kenny Guzman

A veces puedes pensar que a donde quiera que vayas la gente no te nota porque no eres lo suficientemente popular o porque no te consideras lo suficientemente interesante como para caber en cierto grupo. Haces todo lo que esté a tu alcance para ser popular y convertirte en ellos. Te olvidas de quién eres y cómo Dios te hizo. Te olvidas del hecho de que Dios te hizo con un paquete completo lleno de talentos y habilidades que tal vez no puedas ver ahora pero que están allí y Dios te preparó para que las personas que necesitan estar cerca de ti puedan sentirse afortunadas de tenerte .

En Lucas 19: 1-10, Zaqueo, un recaudador de impuestos, era un hombre bajito, solía ir a todas las casas y recaudar dinero de los civiles. Era rico, poderoso, a cualquiera le gustaría tener el poder en dinero que tenía. Pero también tiene mala reputación en la comunidad porque también fue considerado como un ladrón. Pero, un día, Jesús estaba pasando por su comunidad y quería verlo, pero como era bajo, tuvo que trepar a un árbol una vez que estuvo allí. Jesús notó que estaba allí y le pidió que bajara porque quería Entra a su casa. Por supuesto, debido a su mala reputación, la gente hablaba y murmuraba porque Jesús quería ir a su casa, no podían creerlo. Ahora, la llegada de Jesús a la casa de Zaqueo y a su vida, lo cambió por completo. Este hombre decidió hacer las cosas bien y le prometió a Dios que sería una persona nueva nuevamente. Zaqueo aceptó a Jesús en su casa, luego tomó la decisión de cambiar y usar su dinero para buenos propósitos y desde entonces Dios lo salvó de la muerte espiritual.

Zaqueo probablemente pensó que no merecía una visita, y debido a sus limitaciones como su tamaño, Jesús nunca se daría cuenta de que estaba allí. Todos tenemos ese problema y especialmente con Dios. Tendemos a resistirnos a su llamado porque creemos que no merecemos tanto amor o atención, o no merecemos su misericordia, pero luego sentimos ese vacío dentro de nuestros corazones que todo lo que queremos hacer es cumplirlo con otros deseos y "felicidad" a corto plazo. Nos aferramos tanto a nuestro orgullo y nos cuesta reconocer que necesitamos a JESUCRISTO en nuestras vidas para que podamos sentirnos completos.

Este hombre ya tenía un paquete completo dentro de él, era rico, era un recaudador de impuestos, un jefe, un líder. Su único problema era que estaba usando su paquete por razones equivocadas, propósitos equivocados, por lo que su vida no tenía sentido y no podía encontrarse en él. En Dios nunca somos sin sentido, él da sentido a nuestras vidas, nos edifica, nos hace una mejor persona, la persona que siempre quiso que fuéramos. En Dios, estamos hechos para poner todos nuestros paquetes llenos de talentos en sus manos para usarlo adecuadamente como se supone que debe ser.

¡ENCONTRAMOS PAZ, ENCONTRAMOS AMOR, ENCONTRAMOS FE / ESPERANZA EN DIOS!

Dios te bendiga, 

Con Amor,

Kenny G